Sexto día: Hola Cesky Kurlov y adiós palito selfie

Buenos días, buenas tarde o buenas noche, os lo dejo a vuestra elección.


Quieras que que MariCarmen ya no te sirva el desayuno no queda bonito.
Cogemos nuestro tren, otra vez, pero ahora hacia Cesky Kurlov. Debéis de saber que en todo tren hay dos controladores : uno que va vestido para desempeñar su papel y otro que crees que te va a vender la bonoloto. Pero no, ese también te va a pedir el billete. La realidad supera a la ficción.
Cesky Kurlov es una ciudad medieval que está en medio del meandro de un río, la verdad que es preciosa. Aunque la estación este a 2.30km del centro del casco histórico después de bajar una cuesta inmensa que claro luego hay que subir .

Es solamente el segundo día y ya tiene amortizado el palito selfie. Que si palito pa arriba, que si palito pa bajo. La verdad que en mitad del Castillo el palito selfie me estaba mirando muy mal e intentando manipularlo lo he partido. En el momento que se partió no sabía que mi Señora Madre iba a estar todo el rato que "si ahora tuviera mi palito selfie no seque", "claro como me has partido mi palito selfie ahora no nos podemos hacer la foto en este sitio tan chulo"...

El símbolo de la ciudad es un Oso y en el foso del Castillo tienen un oso de mascota, pero nunca lo vimos. Después lo encontramos asomado a una ventana. Lo que si se ven por todos lados y a todas horas son asiáticos ( vamos chinos con cámaras de fotos ). Pero por todos lados . Y además copando los sitios buenos para las fotos . Fue imposible hacernos una foto sin que saliesen.


Al visitar el infocentrum, lugar favorito de este viaje, descubrimos q se pueden poner sellos de la ciudad y llenamos nuestro librito de sellos.
Es muy guay porque por el río que cruza la ciudad se puede bajar en canoas, claro que como hemos dejado el bañador en casa no lo pudimos hacer, otro sueño roto. Aunque mi Señora Madre ha metido sus piececitos en el agua.

Cuando son las 3:00 ya nos ha dado tiempo a ver toda la ciudad, desde la Iglesia a la columna de la peste, hemos visto hasta al cachalote Kurlov.
Esperamos disfrutando de una buena pivo a que llegue nuestro tren de vuelta para casa. Pero  cuando nos subimos el revisor nos dice algo en su perfecto checo que obviamente no entendemos. Pero la cosa es que llegamos a casa.
Nuestra habitación tiene una bañera gigante de la que pensamos hacer uso. Tenemos  que estar descansaditas para irnos a explorar bares. 
A la cama, que mañana se madruga. 

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