Elección: Destino

Buenos días, tardes o noches, os lo dejo a vuestra elección, aquí Marina otra vez.

Aunque la idea nació en 2016 fue ya en 2017 cuando empezamos a darle forma, a materializara en destinos, y es que fue exactamente el 23 de febrero de 2017 cuando le escribí un wassap diciéndole:

-Buenos días mother, esta tarde cuando salga de inglés nos ponemos a mirar el interrail?

Un vale fue su respuesta, lo siguiente que hablamos, ese mismo día, fue que donde estaban mis pantalones de esquí.
Ese día nunca miramos ni elegimos destino, ni el siguiente y probablemente el siguiente tampoco. Que mi madre y yo coincidamos en casa es como ver un pokemon legendario  (para los que no entendais esa similitud: como ver a una persona por la calle a las 4:30 en pleno agosto por córdoba), y aunque lo veas nunca lo capturarás. La bueno que yo en la Universidad tenia mucho tiempo, bueno mucho mucho no tenia, tenia que estar prestando atención, pero lo de buscar destino de interrail era más atractivo que el derecho marino en inglés.
Lo que si habíamos decidido era que nos iríamos a su solo país, mejor que por todo Europa, porque esa era la única forma de ver un país entero y sobretodo porque es una escusa buenísima para volver al año siguiente a otro país.
Islandia y Finlandia nos llamaban mucho la atención. Francia, Inglaterra, Italia, Portugal y Polonia estaban totalmente fuera de nuestro rankin de posibilidades, ya los habíamos visitado antes.
Después de mucho debatir, por separado, en las comidas en casa y en los ratitos de la cena,
descartamos Finlandia y Noruega, y nos decantamos por algo mas centro europeo, ¿Rumanía?

Rumania parecía buen destino, conocer al Conde Drácula  parecía tentador, pero parece que la idea no le gustó mucho a mi padre, ya sabréis más de él también. Hungría, Austria, la verdad que ya me daba igual hasta el destino. Por eso mismo, sin muchas ganas seguíamos debatiendo el destino como quien come pipas en el parque.
El 28 de febrero mi Señora Madre escribió las palabras mágicas: República Checa, pues allí que nos vamos. Debo de admitir que en primer momento no me enamoró la idea, pero poco a poco, investigado en las millones de paginas de internet me terminé enamorando.

Y esa es la historia del porqué de Republica Checa o como mi madre le gusta llamarla, Chequia, o como mi abuela me dijo Checoslovaquia, aunque se disolviera hace mucho tiempo.


Sabréis más de nosotras...



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