Tercer Dia: Pilsen

Buenos días, buenas tardes o buenas noches, os lo dejo a vuestra elección, ya ha empezado la aventura de verdad.
Las 8 son nuestra hora elegida para despertarnos por segundo día consecutivo y ya con las maletas cerradas y desayunadas nos lanzamos a la verdadera aventura del interrail.

Son las 9:50 y el señor del Uber nos acaba de dejar en la puerta de la estación, todo parecía fácil hasta que entramos dentro.
Bajamos 2 veces, subimos 1, volvemos a bajar y a subir, si os da la sensación de que nos habíamos pedido nada más lejos de la realidad y todo esto rodeaos de entre 3 y 4 millones de personas. Logramos adivinar que el tren hacia Pilsen es el R4, pero ahora queda decir: ¿donde está ese anden?. Nosotras lo descubrimos por suerte, pura chorra como se suele decir, pero a los andenes se accede por debajo de la entrada principal, para que lo sepáis ya.
Buscamos el 4, le preguntamos a unos lugareños y nos subimos al tren que esperamos que nos lleve hasta nuestra próxima ciudad. El tren lo hemos cogido de rebote, pero lo hemos cogido.
Esto de entenderse con las coronas checas es algo difícil, sobretodo cuando un café vale 10 y tu le das un billete de 100 porque no te enteras de nada, pero al menos nuestros billetes de interrail checo valen (ya os escribiré cual compramos al final)
Sin más sorpresas llegamos a Pilsen y dejamos las cosas en nuestro hotel. Damos un paseo por esta segunda ciudad de nuestro interrail y a las 2 nos vamos a la fábrica de cerveza, pero antes tenemos el gusto de escuchar a la banda del inserso de Mimessota del Norte, como mínimo.

Pilsener es un tipo de cerveza, pero os advierto para ver cómo se fabrica vais ha pasar mucho calor, además no hay tours en español. Pero quien ríe el último ríe mejor y nos habíamos estado cachondeando de la señorita guía pero cuando bajamos a los subterráneos y se pone su chaquetón ya no nos reímos tanto.
Marina, va ha hacer frío, necesitas llevarte ropa de invierno. Un beso porque pasamos calor, mucho calor.
Visitamos la Sinagoga, el museo a Patton y la Iglesia, que está en la plaza del pueblo, nunca mejor dicho. 301 escalones te separan de la cima De la Torre, pero a más de una se le  hace difícil subirlos, no señaló a nadie.
Como tampoco hay nada más que ver nos vamos al centro comercial a buscar ropa de verano, seguro que mañana llueve.


Tras ducharnos salimos del hotel a dar una vuelta, hace una temperatura buenísima y por suerte nos encontramos una actuación de teatro en medio de un parque, con el atardecer sobre la ciudad detrás. Obviamente todo el mundo están bebiendo cerveza, esta gente bebe cerveza todo el rato. Como unas buenas lugareñas nos sentamos en el césped, con una cerveza y disfrutamos de la obra, aunque de checo entendamos poco.
Hasta las narices ya de comer comida típica cenamos una hamburguesa y de vuelta a casita.



¡Sabréis más de nosotras!

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